Preguntas Frecuentes

Si durante la calibración de un instrumento se detectan desvíos en su indicación que superan a los máximos tolerados por la especificación de exactitud declarada por el fabricante, hay varios posibles caminos a seguir:

1) Si se trata de instrumentos de baja jerarquía para el cual el laboratorio dispone de su procedimiento de ajuste, se realiza el mismo sin consultar al cliente.

2) Si se trata de un instrumento con jerarquía de patrón y el laboratorio posee su procedimiento de ajuste, se informa al cliente la novedad y se pide autorización para realizar el ajuste (el cual, generalmente, tiene un costo adicional). En ambos casos, se informan en el certificado de calibración los valores obtenidos antes y después del ajuste.

3) No se cuenta con la información para realizar el ajuste. En este caso, se realizará la calibración y se observarán, en el certificado, los resultados que comprometen la exactitud del instrumento. Por lo antes expresado, siempre hay que leer detenidamente el certificado para ver si se informan resultados observados y ante cualquier duda consultar al laboratorio de calibraciones.

Si como resultado de una calibración, se detecta que un instrumento no satisface la especificación de exactitud, si es posible y si el cliente está de acuerdo, se realiza el ajuste para intentar corregir los desvíos encontrados.

Un certificado de calibración no debe tener fecha de “vencimiento”. La norma de referencia para los laboratorios de calibración y de ensayos es la IRAM 301-ISO 17025, la cual recomienda en el punto 5.10.4.4: “Un certificado de calibración (o etiqueta de calibración) no debe contener ninguna recomendación sobre el intervalo de calibración, excepto que esto haya sido acordado con el cliente. Este requisito puede ser reemplazado por disposiciones legales”.

En general el fabricante declara, en el manual de instrucciones, el periodo durante el cual el instrumento debería cumplir con las especificaciones de exactitud. Se recomienda asignar dicho intervalo como periodo de calibración.

La incertidumbre de calibración obtenida de un certificado, corresponde a la calculada en el momento de la calibración, bajo las condiciones informadas en el mismo. Como, lamentablemente, ningún instrumento es invariante en el tiempo, el usuario deberá conocer su comportamiento a largo plazo para poder extrapolar su comportamiento. En el caso de instrumentos de baja jerarquía o considerados “de campo” se recomienda utilizar como aporte de incertidumbre la exactitud declara por el fabricante para un determinado periodo.

La certificación ISO 9000 sólo garantiza la implementación de un sistema de gestión de calidad. La norma ISO 17025 agrega los requisitos para garantizar la competencia técnica de un laboratorio de calibraciones.

La copia de un certificado de calibración del instrumento utilizado como patrón, no es suficiente para garantizar la trazabilidad de la calibración, sino que es solamente uno de los tantos requisitos necesarios para asegurarla. Para asegurar la trazabilidad es necesario calibrar en un laboratorio técnicamente competente. Un laboratorio que a través de una evaluación de tercera parte independiente cumple con los requisitos de la norma IRAM 301 ISO 17025, es considerado competente. Un certificado de calibración emitido por un laboratorio competente, garantiza por sí mismo la trazabilidad de las mediciones.

Cuando se trata de instrumentos de medición industriales, el acto de calibrarlos no los transforma automáticamente en patrones. A lo sumo tenemos un instrumento industrial calibrado con similares características metrológicas que los restantes. Otro inconveniente mayor aparece cuando es necesario disponer de las señales o variables a ser aplicadas al instrumento que deseo calibrar, sobre todo cuando se trata de tensión y corriente alterna.

Un laboratorio perteneciente al SAC, recibe periódicamente auditorías por parte del INTI que aseguran el cumplimiento del la norma IRAM 301 ISO 17025, lo cual garantiza que posee un sistema de gestión de calidad adecuado, es técnicamente competente y mantiene la trazabilidad de sus patrones.

Que un instrumento sea nuevo, no garantiza que su funcionamiento responda a lo declarado por su fabricante en el manual de instrucciones. Por eso y para asegurar que las mediciones sean trazables al “SI”, es necesario calibrar el mismo en un laboratorio técnicamente competente.

El certificado de fábrica generalmente consiste en una verificación funcional, sin resultados y sin incertidumbre. En algunas pocas ocasiones, el certificado de fábrica incluye resultados, pero las mediciones no fueron hechas por un laboratorio con competencia técnica demostrable. El único certificado de fábrica que da garantía de su contenido es el certificado ISO 17025 que ofrecen algunos fabricantes a un costo adicional.

Los componentes de un instrumento van cambiando su valor a lo largo del tiempo e inevitablemente afectarán la exactitud del mismo. Dicho cambio puede producirse estando el instrumento en uso o no.